Por Andrea Voto-Bernales
La innovación es un motor de cambio en cualquier sector, y en la educación lo ha sido aun más. En mi experiencia en países como Canadá y Australia, he visto cómo la colaboración entre el sector educativo, la industria y el gobierno ha permitido transformar los sistemas de formación técnica en verdaderos impulsores del desarrollo económico y social. La clave está en diseñar modelos educativos alineados con las necesidades del mercado laboral, asegurando que los jóvenes egresados cuenten con habilidades pertinentes y actualizadas.
Sin embargo, en el Perú y en la región andina en general, esta sinergia no se ha desarrollado plenamente. La educación técnica sigue siendo subvalorada, y los procesos de formación no están integrados con la realidad económica de cada región. Es aquí donde la innovación no solo debe entenderse como tecnología, sino como un cambio en la manera en que los actores clave—empresas, gobiernos y comunidades—se coordinan para crear oportunidades sostenibles.
La Innovación como Pilar de la Gobernanza Territorial
Desde ANDEAN LINK ENGAGEMENT, creemos que el desarrollo territorial efectivo requiere una visión integrada, donde las inversiones privadas y los planes de desarrollo público estén alineados con las necesidades reales de las comunidades. Tal como en el sector educativo, donde la colaboración entre academia e industria genera empleo y crecimiento, en el sector extractivo es fundamental que las empresas coordinen con los gobiernos locales y la sociedad civil para asegurar que su impacto sea positivo y sostenible.
Uno de los mayores desafíos en la gobernanza de los recursos naturales es la falta de articulación entre los actores involucrados. Las empresas mineras y energéticas operan en zonas remotas, donde la infraestructura y los servicios públicos son limitados. En estos contextos, la inversión privada no puede ser vista como un ente aislado, sino como un catalizador del desarrollo.
Un Enfoque Educativo para la Sostenibilidad
Así como en la educación es clave dotar a los jóvenes de herramientas para ser adaptativos y empleables, en la relación empresa-comunidad-gobierno también debemos fomentar capacidades para el diálogo, la planificación conjunta y la gestión de recursos. En ANDEAN LINK ENGAGEMENT trabajamos en diseñar estrategias que fortalezcan estas capacidades en comunidades locales, facilitando su participación activa en los procesos de desarrollo.
El modelo de Q’eswachaka—puente de sogas renovado anualmente por comunidades locales en los Andes—simboliza perfectamente esta visión: un esfuerzo conjunto, intergeneracional, donde el conocimiento tradicional se une con la innovación para mantener una estructura sostenible a lo largo del tiempo. De la misma manera, buscamos que las empresas extractivas no solo sean actores económicos, sino también facilitadores del desarrollo a través de una inversión social alineada con las necesidades territoriales.
La Innovación como Estrategia de Negocio
En el sector privado, la sostenibilidad ya no es solo un ideal altruista; se ha convertido en un factor crítico de competitividad. Empresas que integran estrategias de desarrollo territorial en sus operaciones están demostrando mayor resiliencia y aceptación social, reduciendo riesgos y fortaleciendo su licencia para operar. En este sentido, la innovación no solo debe aplicarse a la tecnología extractiva, sino también a la manera en que las empresas interactúan con sus entornos.
Conclusión
La innovación en educación y en gobernanza territorial comparte un mismo principio: la colaboración efectiva entre actores clave para generar impactos sostenibles. ANDEAN LINK ENGAGEMENT trabaja para construir estos puentes, asegurando que el desarrollo en la región andina sea el resultado de una visión conjunta entre empresas, comunidades y gobiernos. Así como en la educación buscamos poner al estudiante en el centro, en el desarrollo territorial debemos poner a la comunidad en el centro de la estrategia, para que el crecimiento económico sea realmente inclusivo y sostenible.